MATCHI OUL

Quetzalcoatl

LP

SOUFFLECONTINU

Nº Cat.: FFL086

30,00 

IVA incluido

SOUTH-AMERICA / CARIBBEAN

Antes de llegar a Europa, en 1970, el pianista Manuel Villarroel fue veterinario en su Chile natal. Unos años más tarde, como líder de la Machi Oul Big Band, regresó al reino animal. Un tipo de animal muy específico, sin duda, el Quetzalcóatl, también conocido como Serpiente Emplumada. Lo que se esconde detrás de este título (también el nombre de una de las tres composiciones originales de este álbum editado por el sello Palm en 1976), es ante todo una especie de regreso a casa…
Después de descubrir el jazz de Herbie Hancock, McCoy Tyner , Miles Davis y John Coltrane, Villarroel se dejó llevar por el free jazz que en aquel momento hacía furor en América y Europa, y que inspiraría la primera versión de su proyecto Machi-Oul. Se trataba de un septeto, con el que el pianista grabaría, en 1971, el tremendo Terremoto (reeditado por Souffle Continu FFL085). Luego de esta jugada maestra Villarroel fue invitado a grabar con Perception (Perception & Friends) y con Baikida Carroll (Orange Fish Tears). Si bien estas fueron contribuciones notables, Villarroel ya estaba estudiando otras combinaciones.
«Tuve que afrontar personalmente mi situación como expatriado, sin renegar de ella. Intenté no traicionar mis raíces, traté de traducir en mi música lo que era esencial para mí, reflejar mis orígenes -América Latina, sus sentimientos musicales y sobre todo humanos- permaneciendo fiel al jazz, que es el modo de expresión de los músicos del grupo». Se trata entonces del ‘regreso’ que mencionamos, que incitaría a Manuel Villarroel a componer lo que él llamaría «música libre estructurada».
En enero de 1972 el pianista amplió su formación hasta alcanzar el tamaño de una auténtica big band: el Septeto. se convirtió en la Machi-Oul Big Band. Tres años más tarde, en enero de 1975, con el productor Jef Gilson a la cabeza, quince músicos, incluidos los del antiguo Septeto (Jef Sicard, François y Jean-Louis Méchali, Gérard Coppéré) trabajaron en una rara forma de jazz. De la unión a la disonancia, bailamos «Bolerito» y luego lo agitamos en «Leyendas De Nahuelbuta». En cuanto a la serpiente final, es una pieza imposible de precisar: «Quetzalcoat» es tan impresionante como difícil de captar. Para recordar esto, escuchémoslo nuevamente.